26 DE JUNIO DE 2017
Comemos chocolate porque nos da la sensación de felicidad y relajación. Ahora bien, ¿por qué razón sentimos esto?
El chocolate contiene nutrientes que son los
responsables de producirnos estas sensaciones. El principal es el triptófano, un aminoácido precursor de la molécula serotonina que sintetiza nuestro organismo.
Esta molécula monoamina neurotransmisora, es conocida también como “la hormona del bienestar”. En nuestro
cerebro, la serotonina es sintetizada por grupos de neuronas especializadas,
las cuales forman en conjunto los llamados “núcleos del rafe”. Estas neuronas
se comunican con prácticamente todos los demás centros cerebrales, para regular
su funcionamiento en base a nuestras experiencias con el mundo. Uno de los
papeles que más llama la atención de la serotonina es su implicación en el
estado de ánimo y en la depresión. Se sabe que los niveles bajos en esta
molécula están implicados con el padecimiento de trastornos depresivos. Esta es
la razón por la que aumentar sus niveles cerebrales, aumentando la ingesta de
sustancias que contengan triptófano, como el chocolate, nos ayudan a superar estados de “embajonamiento
emocional”.
La serotonina también actúa como “hormona del placer”. Esto se debe a que,
después de un orgasmo, aumenta la cantidad de serotonina en nuestro cerebro, produciendo
en el organismo una sensación de placer y bienestar.
Junto con la serotonina producida a partir del triptófano, en el chocolate
también aparecen otras moléculas, como las feniletilaminas, que actúan como endorfinas,
y que, entre muchas de sus funciones, son las encargadas de producir la
sensación de bienestar, placer y excitación en el ser humano. Son conocidas
como las “amigas del amor”. De aquí que se haga comparaciones
entre el sexo y el consumo de chocolate.
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